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martes, 26 de julio de 2011

RECONOCIENDO NUESTRA PROFESIÓN

       Cuando nos compramos un traje para una boda, no sólo basta con que nos guste, nos quede impecable o nos resalte el color de nuestros ojos. Es casi más importante que le guste a tu pareja, al primo de la novia o que nos digan los invitados lo guapos que estamos.
En distinta medida (dependiendo de cada persona) necesitamos la aprobación o aceptación de la gente que nos rodea para llegar a ser más felices de lo que somos. O para estar más tristes de lo que estamos.
Bajo mi humilde opinión, todo aquel que afirma que no le importa lo que digan o piensen de él, MIENTE. Nos educamos, nos comportamos, nos vestimos, nos peinamos para gustarnos a nosotros mismos en primer lugar y para recibir el reconocimiento del resto posteriormente. Un actor no sería bueno en su trabajo si el resto no viera sus películas, si no le entregaran premios o no le parasen en la calle para recordarles lo bien que lo hace o lo guapo que es. No basta con creerse un buen actor para serlo.
Lo mismo pasaría con el resto de las profesiones, y la enfermería, no iba a ser diferente.
Una profesión tan vocacional como la nuestra, donde existe tanta implicación humana y emocional, necesita el reconocimiento de los demás para seguir viva. No es posible dar continuamente si no se recibe algo a cambio, por insignificante que sea. Un gesto, una mirada, un caricia, un silencio…. son suficientes para volver a llenar esa glándula que poseemos los enfermer@s, la de la generosidad.  
Y como homenaje estival a la enfermería, os dejo un mensaje de reconocimiento del escritor Jose Luis Sampedro, que esperamos os llene de fuerza para afrontar las merecidas vacaciones o la temible vuelta de las mismas. ¡Feliz Verano!

“Hablo – contaba Sampedro- con la experiencia de una muy grave estancia en la cama de un hospital y una permanencia de tres meses, las veinticuatro horas de cada día, como acompañante de una enferma hasta que falleció. Esta última dolorosa experiencia supuso mi constante convivencia con todas las enfermeras, llegando a conocerlas y a verlas en acción como sin duda no las veis los médicos, pues para mí, no eran meras técnicas ni colaboradoras, sino compañía, esperanza, alivio, seguridad y confianza”.
                “Cuando se está aislado en una habitación horas y horas, viendo cambiar la luz en la ventana, el abrirse la puerta ofrecía sorpresas muy distintas. Si era el médico, siempre le acompañaba la incertidumbre inicial: ¿traía buenas o malas noticias? ¿Cómo evolucionaba el caso? Si era la enfermera su aportación era siempre positiva: la hora de la medicina, o de la tensión, o la temperatura, el alimento o la bebida, el comentario animador.... El mero hecho de verla moverse por la habitación era una garantía de seguridad, de amparo. Un suspiro de alivio se nos escapaba a mi enferma y a mí al abrirse aquella puerta”.

“Y es que la enfermera aportaba un gran ramo de valores humanos, de los que ahora tanto se mencionan y tan poco se aplican: ternura, comprensión, compañía para la soledad, sosiego para la inquietud, tranquilidad. Con el tiempo, alguna enfermera pasó a otros servicios.... Pero de pronto abrió nuestra puerta, sin obligación alguna, sólo para preguntar y para demostrarnos el interés directo que habían llegado a tomarse. Y más de una vez, en los pasillos, me manifestaron con emoción ese interés refiriéndose a la persona que yo acompañaba”.
                Para terminar, mi admiración no se limita a esos valores humanos sino además a los profesionales y a la técnica. (...). Mis enfermeras, pues las quiero llamar así, hicieron siempre frente a ese reto con la mayor seguridad y eficacia”.

“En fin, abandoné el hospital tronchado por la inevitable desgracia, pero admirado y lleno de cariño hacia un grupo profesional tan digno y tan lleno de generosa humanidad, que no sólo cumplía con su deber, sino que lo hacía con sentimientos cordiales. Por eso ahora aprovecho la ocasión para sumarme al homenaje y para proclamar la trascendencia de la función desempeñada por las enfermeras y la eficacia con que la realizan”.



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